JORGE LUIS TORRES, SANTO DOMINGO.- Desde lanzar un juego casi perfecto, hasta dejar tendidos a rivales en partidos de vida o muerte, los jugadores de los Gigantes del Cibao que representan a la República Dominicana en la Serie del Caribe, lo han hecho todo para instalarse en la Serie Final del torneo caribeño.
Tyler Alexander, que la noche de este miércoles protagonizó una de las hazañas más memorables que quedarán en la historia de la celebración de la Serie del Caribe, lanzó ocho entradas perfectas frente al combinado de México en un partidos que otorgó un pase a la final del certamen beisbolístico.
El zurdo también reconoció que el compromiso que tenía en la lomita iba más allá de un logro personal.
“Sabía que se trataba de un juego grande, tenía que dar todo de mí en el partido”, expresó Alexander poco después de que los criollos derrotaran a los Charros de Jalisco, dos carreras por una.
Un estadio Quisqueya Juan Marichal a toda capacidad, despidió con aplausos de honor a Alexander luego de que éste se bajara del montículo en la alta de la novena.
Alexander permitió un batazo de dos bases en manos del mexicano Isaac Rodríguez que terminó con la anhelada hazaña.
El único juego sin hit que se lanzó en una Serie del Caribe sucedió hace unos 70 años cuando el zurdo norteamericano Tommy Fine, viajó por nueve entradas sin permitir indiscutibles en el torneo de 1952, celebrado en Panamá, frente la novena de Caracas de Venezuela.
Bateo oportuno
Para ganar un juego de béisbol, el bateo oportuno es una de las características más indispensable y sobre todo si se trata de un torneo corto.
Los Gigantes del Cibao no han escatimado esfuerzos en su gestión de traer carrera al plato después de dos outs o en situaciones apremiantes.
El juego entre los Navegantes de Magallanes de Venezuela y los Gigantes del Cibao, fue como ver un estreno de las películas de Rocky Balboa en sus años de gloria.
Los venezolanos, que en ese encuentro jugaron de visitante, sintieron como si ese partido fue celebrado en el Estadio José Bernardo Pérez, por el aforo proveniente de la “Pequeña Venecia”.
Hanser Alberto conectó un elevado de sacrificio en la décima entrada que dejó tendidos a los navegantes y que propinó la eliminación del combinado venezolano.
La República Dominicana fue el líder en el departamento de carreras producidas del torneo en la serie regular con un ostentoso número de 24 piernas traídas al plato.
Ningún equipo de la Serie del Caribe logró anotar 20 carreras, el más cercano fueron los Caimanes de Barranquilla, de Colombia, con 19.
Los Gigantes del Cibao produjeron un porcentaje de 4.8 carreras por juego.
Robinson Canó, quien además es el líder de carreras producidas del torneo a nivel individual, fue el héroe en varias oportunidades donde los quisqueyanos necesitaron de un madero oportuno.
Canó, que busca reencontrar su camino en las ligas mayores con su equipo de los Metros de Nueva York, está dentro de los primeros nombres cuando se menciona los escogidos para el premio Más Valioso de la Serie del Caribe del 2022.
El intermedista conquistó el tercer mejor promedio de bateo en la regular del torneo con un porcentaje de 415, además de un porcentaje de embasarse de .565 y un slugging .588.
Una organización exitosa
No sólo en el terreno de juego los representantes de la bandera tricolor en han sido impecables, también fuera del estadio han lucido brillante.
Luego de seis años que en Santo Domingo no se montaba una Serie del Caribe, la organización y la logística de este torneo parecen ser acendradas.
Los encuentros con la prensa, el cuidado del covid con los jugadores, el manejo de la boletería, el mercado negro que ocasionalmente adornaba el estadio Quisqueya, los embotellamientos del tránsito luego de culminados los juegos, parecen ser cosa de ayer y nada de esos temas son una preocupación en esta versión de la Serie del Caribe.
