Que deportistas cubanos escapen de alguna delegación es la noticia que ya no lo es. Por el contrario, siempre se espera que alguien corte lazos y abandone, como acaba de suceder ahora con Alfredo Fadraga y Yosvani Ávalos, quienes participaban en el Panamericano de Béisbol Sub 23 que se celebra en Aguascalaientes, México.
De acuerdo con la Federación Cubana de Béisbol, ambos jugadores se fugaron en horas de la madrugada y, como suele suceder con la mayoría de los casos, deben estar camino a la frontera con Estados Unidos para probar fortuna en las estructuras de Grandes Ligas.
Como era de esperar, la Federación emitió un comunicado, donde recalca que: “Con la decisión de abandonarnos dan la espalda al compromiso asumido con el pueblo que nos acompaña en el deseo de conquistar el mejor resultado posible en esta justa, e incurren en hechos repudiables que condenamos desde la decisión de no claudicar ante este u otros obstáculos’‘.
Si el tema de las fugas no cambia desde hace un buen tiempo y en medio de una crisis sin salida en Cuba, tampoco el lenguaje burocrático y de trinchera que habla de agresiones y de dignidades, sin ahondar en la falta de esperanza de un sistema quebrado.
Se conoce que Fadraga fungía como antesalista y tercer madero del plantel antillano que posee cuatro victorias y una derrota, y aseguró el boleto al mundial de la categoría que tendrá lugar en Taiwán a finales de este año. Sus números demuestran poder y tacto a su paso por Series Nacionales con los Tigres de Ciego de Ávila.
El infielder terminó con promedio ofensivo de .315 y conectó 21 cuadrangulares con 54 carreras empujadas y 96 remolcadas, además de finalizar con .408 de porcentaje de embasado.
Avalos, por su parte, trabajó en 26 partidos con foja de 6-3 y 10 rescates. Terminó con efectividad de 2.56.