El calendario revisado del torneo, uno de los principales atractivos de la edición de 2028, permitirá a los equipos saltar a la cancha dos días antes de la Ceremonia Inaugural en Los Ángeles. La FIBA lo confirmó el jueves , lo que “mejora la experiencia general para jugadores, equipos, aficionados y comentaristas”.
Sí, ya ha sucedido antes: las competiciones comienzan antes de la gran fanfarria de la Ceremonia Inaugural. Lejos de ser una anomalía inusual, aunque pueda dejar a algunos perplejos, ha sido una práctica habitual desde Sídney 2000. En gran medida, porque ciertas disciplinas, como el fútbol, exigen un calendario más amplio para dar cabida al volumen de partidos. Además, sin olvidar la importancia de consolidar esta estrategia de revitalización y crecimiento del Comité Olímpico Internacional mediante la introducción de nuevos deportes, lo que conlleva un aumento del número total de eventos. De hecho, en abril se informó que la edición de 2028 contará con 351 eventos con medallas , 22 más que París 2024.
Por ejemplo, el año pasado en la capital francesa, la llama olímpica se encendió oficialmente el 26 de julio en medio de las grandiosas pero polémicas festividades que se desarrollaron a lo largo del río Sena . Sin embargo, los aficionados ya disfrutaban de la primera muestra de acción dos días antes, el miércoles 24 de julio, cuando comenzaron las competiciones de rugby y fútbol . El razonamiento es simple: proteger el bienestar de los atletas y garantizar que cada equipo tenga suficientes días de descanso durante cada ronda de competición.
Ahora es el turno del baloncesto, otro gran evento de los Juegos, que comenzará antes de la bienvenida al jefe de Estado, el desfile de atletas, la exhibición artística de la cultura del país anfitrión, los discursos y, por supuesto, el momento en que se enciende el pebetero. Asimismo, la FIBA aseguró que este ajuste ” permite que los cuartos de final se disputen en dos días y garantiza que ningún partido comience antes de las 12:00 p. m.”. Aunque no será el único. Otras competiciones, como el hockey sobre césped, el rugby siete, el waterpolo, el balonmano, el críquet y el fútbol, tienen previsto comenzar antes.
La competición de baloncesto se celebrará, como es habitual, en julio, con la participación de una docena de países. Como es habitual, el formato consta, inicialmente, de una fase de grupos , donde las naciones se dividirán en tres grupos de cuatro cada uno. Mediante un sistema de todos contra todos, los dos primeros equipos de cada grupo y los dos mejores terceros de la fase inicial avanzarán a cuartos de final. Los emparejamientos de cuartos de final se determinarán mediante un sorteo que tendrá en cuenta los resultados y el promedio general de las ocho plantillas clasificadas. Y así sucesivamente, hasta llegar a la final, donde se disputará la medalla de oro. Además, se celebrará el partido ceremonial por la medalla de bronce, que sirve de preludio al choque decisivo.
En cuanto a la distribución de la competencia por la gloria, se mantendrá la universalidad en el proceso de clasificación para los Juegos , asegurando así la representación de todos los continentes. La Copa Mundial de Baloncesto FIBA 2027 producirá siete naciones que clasificarán directamente para LA2028, y el país anfitrión de los Juegos Olímpicos se clasificará directamente. Los restantes obtendrán sus boletos a través de los Torneos de Clasificación Olímpica FIBA.
El anfitrión en este caso será Estados Unidos, que, a priori, carece de este beneficio de clasificación como organizador dada su reputación en la disciplina. Sin embargo, según el reglamento, el país anfitrión tiene su lugar garantizado pase lo que pase. Con ocho campeonatos en las últimas 10 ediciones, solo la Unión Soviética en 1988 y Argentina en 2004 han logrado privar al equipo estadounidense de su monopolio habitual en el baloncesto . En su racha actual, han sido medallistas de oro desde 2008. Y ahora, compitiendo en su propio país, su objetivo es resucitar una época dorada: la racha sin precedentes de siete títulos consecutivos conquistados entre Berlín 1936 y Múnich 1972.
Los Ángeles, por su parte, promete un sabor diferente, impregnado de nostalgia. El a menudo apodado “Dream Team II”, en un guiño a la todopoderosa plantilla del Barcelona 1992, con LeBron James, Kevin Durant y Stephen Curry como base, podría encontrar en los Juegos la última etapa de su reencuentro. Mientras el triunvirato que definió una época, “King”, “Durantula” y “Chef”, navegan juntos por el ocaso de sus ilustres carreras, persiste la duda: ¿elegirán servir una última vez?
Al otro lado del Atlántico, rivales como Serbia, Francia y Alemania están en rápido ascenso. Mientras tanto, agravando esta transición, el rápido ascenso de Canadá, un vecino antaño inofensivo que ahora emerge como un adversario formidable, amenaza con desencadenar una reestructuración radical de la jerarquía mundial del baloncesto.
