LONDRES. El COI abrió una investigación de alto nivel en torno a las acusaciones de que agentes autorizados en más de 50 países -entre ellos un Comité Olímpico nacional- participaron en la venta de entradas a los Juegos de Londres en el mercado negro.
El Comité Olímpico Internacional convocó el sábado a una sesión de emergencia para analizar un expediente de evidencia que le presentó el periódico británico Sunday Times.
Este dio a conocer el domingo una investigación que afirma que funcionarios han estado ofreciendo boletos para los juegos del 27 de julio al 12 de agosto, entre ellos eventos muy populares como la final de los 100 metros de hombres, a precios muy inflados.
Una de las acusaciones más graves se dirige hacia la figura de Spyros Capralos, presidente del Comité Olímpico en Grecia y uno de los principales dirigentes dentro de la organización de los Juegos de Atenas 2004.
Capralos fue citado diciendo que “movió influencias” con Sebastian Coe -el presidente del comité organizador de las Olimpiadas de Londres- para obtener más entradas preferenciales para vender en Grecia con el pretexto de que la demanda en su país había superado las expectativas.
El diario indicó que Capralos reconoció en declaraciones con reporteros encubiertos que la demanda en realidad había sido muy baja y que muchos de los boletos fueron en consecuencia vendidos a personas afuera de Grecia para obtener ganancias.
El comité organizador en Londres indicó que las supuestas negociaciones de Capralos con Coe son falsas. Coe dijo al Comité Olímpico de Grecia que los boletos fueron entregados bajo la normativa del COI.
“No hubo más contacto, formal o informal, sobre este tema”, indicó el comité en un comunicado.
El tema gira en torno a la repartición de entradas que se hace a cada uno de los 205 comités olímpicos nacionales para que vendan en sus propios países. Los comités nombran una organización dentro del mismo país para vender las entradas, un proceso que busca asegurar la equidad.
Las normas del COI vedan a los comités nacionales vender boletos en el extranjero, inflar sus precios o cederlos a revendedores no autorizados.
Muchos británicos están molestos porque no podrán asistir a unas justas que al país le costarán 9.300 millones de libras (14.600 millones de dólares) y los problemas con los boletos han hecho que algunas autoridades locales exijan más transparencia en la forma como se reparten los mismos.