Saúl ‘Canelo’ Álvarez (59-2-2, 39 KO’s) logró lo que quería, lucirse en su tierra, Jalisco, y ante sus paisanos mexicanos, al derrotar inobjetablemente al inglés John Ryder (32-6-0, 18 KO’s) para retener sus cuatro cinturones de campeón supermediano en el estadio Akron, hogar del equipo de fútbol Chivas de Guadalajara.
Hubo que esperar casi 12 años para el retorno a casa del hijo pródigo que se llevó las tarjetas de los jueces 120-107, 118-109 y 118-109, en una pelea llena de intercambios, donde el británico mostró gallardía y mandíbula de acero para aguantar la artillería del púgil local que buscó todo el tiempo el nocaut.
“La pensaba (la pelea) así. Es un rival difícil. Tenía mucho que ganar y poco que perder. Este tipo de rivales son muy peligrosos”, dijo Canelo al ser interrogado sobre la imposibilidad de apuntarse una victoria por la vía del cloroformo. “(Pelear en Guadalajara) Era una gran responsabilidad. Respeto mucho a mi gente. Es un orgullo para mí representar a mi gente”.
Con una entrada aproximada y extraoficial de 50 mil personas en el estadio Akron, Canelo entró como lo que es al ring: la principal estrella del deporte. Un despliegue de fuegos artificiales y música adornó su caminata hasta el cuadrilátero donde de inmediato se puso a trabajar buscando el nocaut.
Su objetivo primigenio no se cumplió porque encontró un rival, que si bien no pertenece a la elite de la división, no arrugó y lució muchísimo mejor que varios de sus compatriotas, que con mejor resumé, “temblaron” ante la figura del tapatío.
Canelo buscó por todos lados el nocaut: golpes al cuerpo, uppercut y volados a la cabeza. Logró enviar a la lona a Ryder en el quinto episodio con un gancho de derecha y en otras ocasiones le hizo tambalear, pero el inglés, que sangraba profusamente por la nariz, siempre se las ingenió para mantenerse en pie y encararle, nunca esconderse.
Álvarez no había peleado en México desde su victoria de noviembre de 2011 sobre Kermit Cintrón en la Ciudad de México.
Canelo, que deseó buena suerte al corredor de Fórmula 1, el mexicano Checo Pérez, para su carrera del domingo en el Grand Premio de F1 de Miami, agradeció la presencia de las personas que asistieron a la instalación y en especial, a su abuelita de 94 años y su familia.
“(Busco) Las mejores peleas como siempre. Vengo a hacer peleas históricas”, señaló el mexicano cuando le preguntaron sobre el siguiente paso en su carrera. “Voy a buscar la revancha con Bivol, pero si no se da, voy a buscar otro gran nombre. Hay Canelo para rato”.
Sobre su mano izquierda, Canelo dijo que se sentía bien. “Empecé con cautela, pero a medida que pasaban los rounds comencé a soltarla y no sentí dolor. Estoy bien”.
Rey Martínez arrasó con panameño Batista
El mexicano Julio César ‘Rey’ Martínez empezó lento, pero en la segunda parte de la pelea activó el modo bestia para aplastar por la vía del nocaut la oposición del incomodo panameño Ronal Batista y retener el título de peso mosca en la versión del CMB.
El referí Celestino Ruiz detuvo el pleito a los 1:00 minutos del capítulo 11 tras una ráfaga de golpes de Martínez que Batista se quedó sin respuesta.
“Estoy muy contento, muy emocionado. Me sentía un poco sofocado por los nervios, pero estaba bien. Tenía mucho aire”, comentó Martínez a ESPN Knockout tras el combate. “Tenía aire de sobra. No sentía mucho sus golpes y lo dejaba que iniciara para luego tirar mis ráfagas”.
Rey Martínez arrancó con excesiva confianza que permitió al istmeño irse acomodando y colocando combinaciones de golpes. Pese al equilibrio latente sobre el ring, Martínez inclinaba ligeramente la balanza con los golpes más sólidos, sobre todo castigando las zonas blandas con ganchos y apelando a un uppercut cortico que entraba a la cara de su rival como Pedro por su casa.