(EFE).- El español Carlos Alcaraz encadenó su segundo Barcelona Open Banc de Sabadell-Trofeo Conde de Godó tras derrotar este domingo en la final (6-3 y 6-4) al griego Stefanos Tsitsipas, en 78 minutos de juego.
Esta es la cuarta vez en otros tantos enfrentamientos que Alcaraz, segunda raqueta mundial, vence a Tsitsipas, quinto jugador del ranking ATP. Aunque la de hoy era la primera ocasión en que ambos tenistas se veían las caras en una final.
Para el ateniense, era la tercera que disputaba sobre la arcilla del RCT Barcelona-1899 (también perdió las de 2018 y 2021 ante Rafa Nadal). El murciano, en cambio, cuenta aquí sus finales por victorias, pues el año pasado ganó a Pablo Carreño por idéntico resultado (6-3 y 6-4).
Como la de Carreño, la final de hoy tuvo poca historia. Alcaraz empezó ganando su saque en blanco, y Tsitsipas, tras llevarse el suyo, le rompió en el siguiente, cuando al español se le quedaron un par de bolas en la red.
Pero el primer favorito del Godó se rehacía haciéndole un ‘break’ en el juego siguiente a su adversario, que entregaba su servicio con una doble falta.
Alcaraz insistía en el revés del heleno a la menor ocasión y le rompía el ritmo con constantes dejadas -una de sus armas favoritas- para adjudicarse de nuevo su saque en blanco y ponerse 4-3.
En el octavo juego, rompía de nuevo el de Tsitsipas con otra dejada y una volea imposible de alcanzar para el griego y cerraba a continuación el primer set con su saque (6-3).
En 39 minutos, el exnúmero uno mundial había encarrilado el partido. Y Tsitsipas, cabizbajo, se marchaba al descanso preguntándose qué estaba haciendo tan mal para sufrir semejante castigo.
El bicampeón de Montecarlo empezó con furia la segunda manga. Ganó sus dos primeros saques plantándole cara a Alcaraz en los mejores minutos de todo el duelo.
Los puntos se sudecían en la red para uno y otro, pero Alcaraz seguí sintiéndose más cómodo y eléctrico en la pista que su adversario. Además, el saque le estaba funcionando a las mil maravillas y la dejada le condecía la tercera rotura del partido para adelantarse por 4-2 tras ganar de nuevo su saque con autoridad.
Ahí se acabó la final, porque Tsitsipas pareció darse por vencido. El ateniense ganó su servicio con dificultad y los últimos tres juegos del set se sucedieron en blanco a favor del sacador. Ni un atisbo de reacción, ni una sola oportunidad de ‘break’, ni una mínima dosis de épica que dejara intuir un inesperado giro de guión.
Un Alcaraz absolutamente intratable ya es, a sus 19 años, bicampeón de Barcelona. Su reinado parece que se extenderá varios años más. Y es inevitable pensar si será capaz de acercarse a los doce de Nadal o incluso ir más allá. De momento, lo único cierto es que la ‘Carlitosmanía’ ha llegado al Godó para quedarse. Ahora, solo falta saber por cuánto tiempo.