SANTO DOMINGO. El técnico de voleibol Beato Miguel Cruz fue despedido este lunes por cientos de deportistas que mostraron su pesar en los diferentes escenarios que reposó su cadáver antes de ser sepultado en el Cementerio Nacional de la Máximo Gómez
a las 5:00 de la tarde.
“Se va uno de los nuestros”, dijo Luis Mejía, presidente del Comité Olímpico Dominicano (COD), hablando también en nombre del deporte oficial en acto realizado en el Palacio del Voleibol Ricardo Arias, en presencia del ministro Jaime David Fernández Mirabal.
El presidente Danilo Medina envió sus condolencias en un mensaje leído por el viceministro Marcos Díaz, donde destacaba sus dotes como entrenador y ciudadano.
Fernández Mirabal destacó mediante un comunicado que Miguelo “era un ciudadano responsable que sirvió a la patria, no se sirvió de ella”, destacando su trabajo de trascedencia histórica que llevó al país a subir al podium en campetencias internacionales con equipos de hombres y selecciones de mujeres.
“Se nos fue un titán, el voleibol desde hoy tiene un vacío, esta casa sentirá su ausencia”, dijo Alexis García, presidente de la Federación Dominicana de Voleibol, de la que Miguelo era su director técnico.
Durante más de cuarenta años se involucró en el voleibol dominicano como jugador, árbitro, entrenador, técnico, maestro de maestros y se retiró como entrenador de la selección de hembras con las preseas de oro colgadas tras ganar en Cartagena 2006 y Copa Panamericana México 2008. Con los varones ganó plata en Santiago ’86.
José -Clavito- Cáceres habló en nombre de los cientos de atletas que pasaron por sus manos y Augusto Castro hizo lo propio en nombre de uno de sus amores, el Club Bameso, donde en la mañana hubo una parada obligatoria. También su cadáver recibió los honores en su querida UASD, donde tuvo jornadas de guerrero como instructor del primer nivel.
Jesús Mercedes dio las gracias y elevó plegarias en nombre de la familia, que estuvo encabezada por la viuda Carmen Mercedes y su hijo Cristian, ex-capitán de la selección. Micky, su otro vástago, antiguo selección nacional, envió un mensaje desde España, “fuiste el mejor del mundo, mejor padre, mejor entrenador”. También le sobreviven sus hijos Anilet, Paola y Fanny.
Desde allí, las muestras de dolor de cientos de deportistas se trasladaron al cementerio donde el periodista Osvaldo Rodríguez Suncar pronunció el panegírico.