El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, afirmó que el despliegue de tropas en los recintos olímpicos de Londres para garantizar la seguridad es una “buena estrategia” del Gobierno británico.
A cuatro días del comienzo de los Juegos, Rogge se mostró “muy confiado” en que el operativo diseñado funcionará sin problemas, a pesar de las dificultades que admitió la compañía británica G4S para reclutar personal de seguridad privada.
Tras el anuncio de esa firma de que será incapaz de reunir a los 10.400 efectivos que estaban previstos, el Ejecutivo del conservador David Cameron aumentó en 3.500 los soldados que se movilizarán para los Juegos, hasta un total de 17 mil, y ha puesto a otras 1.200 tropas en alerta.
“Creo que es una buena estrategia. Han encontrado una solución y estamos muy contentos con ella”, señaló el presidente del COI, que se mostró partidario de concluir el debate sobre los problemas de seguridad en las Olimpiadas y “seguir adelante”.
Rogge explicó que la compañía “compensará al Gobierno por los gastos adicionales que se han generado” y consideró que “es el momento de centrarse en otros temas”.
“En lo único que estoy interesado es en que el resultado final sea satisfactorio. No vamos a culpar a nadie ni a señalar con el dedo, sería inútil”, estimó el responsable del Comité Olímpico Internacional.
Rogge, que acudirá este lunes a una recepción de la reina Isabel II para los miembros del COI en el Palacio de Buckingham, subrayó asimismo que hay que “proteger” a los patrocinadores de los Juegos Olímpicos “con sentido común”.
“Si alguien llega a un recinto con una camiseta que no es la del patrocinador oficial no le van a prohibir la entrada. Todo aquello que esté hecho de buena fe no se verá afectado. Si es una estrategia encubierta de publicidad, entonces sí intervendremos”, señaló Rogge.
El presidente del COI quiso así zanjar la polémica creada cuando el responsable del Comité Organizador (LOCOG), Sebastian Coe, sugirió que los espectadores no podrían asistir a las Olimpiadas luciendo marcas comerciales distintas a las de los patrocinadores de los Juegos.