(Reuters). Pietro Casartelli siempre soñó con convertirse en atleta profesional, pero este esquiador alpino de 18 años afirma que el cambio climático está dificultando y encareciendo sus objetivos.
El año pasado, cuando las altas temperaturas derritieron las pistas de esquí donde habitualmente practica en el verano boreal, hizo planes para participar en un campo de entrenamiento en Chile. Pero el viaje se canceló porque muy pocos participantes podían pagar las tasas.
El calentamiento de los sistemas meteorológicos y la reducción de la temporada amenazan los deportes de invierno y ponen a prueba la determinación de profesionales y aficionados en toda Europa.
Hautacam, una estación de esquí de los Pirineos franceses, se ha rebautizado en las redes sociales como “Hautacam Plage” (o Playa de Hautacam) y sus 20 pistas se han convertido en destinos de senderismo y ciclismo más que de deportes de invierno.
“Si seguimos teniendo temporadas como ésta, tendremos que parar”, afirma Josiane Sempe, propietaria de una tienda de alquiler de esquís en ese centro.
Los turistas pueden montar en tirolesa en lugar de esquiar. “¿Se convertirá ésta en la única receta de nuestra estación en invierno?”, afirma Marie-Florentine Hulin, su responsable de comunicación y marketing. “Es una pregunta difícil de responder”.
En la cercana estación de Bareges, los esquiadores tienen la opción de una pista de nieve artificial, rodeada de montañas sin nieve.
“Tenemos que preguntarnos (…) cuándo es aceptable iniciar carreras de esquí, en qué condiciones estamos dispuestos a correr estas carreras de esquí”, dijo Fabien Saguez, presidente de la Federación Francesa de Esquí (FFS), con 100.000 miembros, de los cuales la mitad son aficionados.
Una encuesta de la Unión Internacional de Biatlón (IBU, por sus siglas en inglés) muestra que alrededor del 60% de los deportistas de este deporte, que combina esquí y tiro, han sentido el impacto del cambio climático, que afecta a las condiciones de entrenamiento y competición.
EVENTOS CANCELADOS
Según Susanna Sieff, Directora de Sostenibilidad de la Federación Internacional de Esquí (FIS), la impredecible meteorología es un reto aún mayor para los deportes de invierno que el aumento de las temperaturas.
“Ahora se ven tormentas del siglo cada cuatro o cinco años”, afirmó.
La FIS tuvo que cancelar dos competencias de esquí en Alemania y Francia este mes, mientras que la Copa del Mundo de Snowboard tuvo que hacer frente a una enorme tormenta en Mammoth, California, Estados Unidos, que provocó nevadas récord.
A medida que se acercan los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán-Cortina 2026, aumenta la preocupación de que el cambio climático ponga en peligro la competición.
“A mediados de siglo, sólo quedarán entre 10 y 12 CON (Comités Olímpicos Nacionales) que puedan albergar estas pruebas sobre nieve”, declaró en octubre el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) en su página web.
La oficina de auditoría pública de Francia declaró este mes que el modelo económico de las estaciones de esquí del país se estaba agotando ante el cambio climático y que era probable que la mayoría de ellas se vieran afectadas de aquí a 2050, siendo las zonas al sur de los Alpes las más perjudicadas.
El informe pone de manifiesto la lentitud de las autoridades a la hora de adaptarse, según David Ponson, director de zonas de esquí del operador francés de estaciones de esquí Compagnie des Alpes.
Stéphane Remy, visitante de Hautacam, afirmó que quienes quieran disfrutar de la montaña en invierno tendrán que recurrir a nuevos deportes.
“Es probable que la situación de la nieve empeore”, dijo. “Así que más vale adaptarse a ello y buscar otras actividades en la naturaleza, como el ciclismo o el senderismo”.