El COI mira las nuevas olas para los Juegos Olímpicos

Atlanta 96 fue un juego olímpico con gusto a cemento. No se lo recuerda con mucho entusiasmo, salvo por el hecho de haber incorporado al beach volley en el medallero. Casi 20 años más tarde es el deporte que más rápido agota sus entradas anticipadas.

El público desconoce quiénes jugarán y a que países representarán, pero paga por adelantado por la atmósfera y la diversión que el voleibol del playa les garantiza.

En Pekin 2008 se sumó el BMX al programa de deportes con su armado típico: competencias de bicicross fulminantes, “shots” de adrenalina desparramados en cada serie y un animador voluminoso, barbudo y remera negra sin mangas que arengaba a los fanáticos desde una torre de transmisión. Nadie minimiza hoy al BMX como disciplina en la suma de las medallas.

De tanto en tanto, el Comité Olímpico Internacional decide mover sus placas tectónicas para agregar deportes a su programa. Ahora lo hace con una atención especial hacia lo que agitan las nuevas tendencias. Tokio propuso para 2020 la incorporación del beisbol (hombres), softball (mujeres) y el karate.

Pero también decidió asomarse por la ventana y observar que pasa en las calles. Piensa en términos de deportistas y de “tribus”. Por eso el skateboard, el surf y la escalada deportiva aparecen como deportes que le aportarían desparpajo y nuevas energías a los Juegos Olímpicos.

Tokio le propone al COI una actualización de sus archivos que hablan sobre el consumo deportivo. Un llamado a las audiencias juveniles con deportes que ellos mismos practican y que al mismo tiempo conocen desde los videojuegos.

Los deportes tradicionales tienen su espacio, con esquemas de difusión y promoción ya instalados. Pero las jóvenes que aterrizan en esta época, la llamada Generación del Milenio, prefieren competencias de alto impacto, corta duración y que encajen con sus propias vidas. Entienden que las estrellas deportivas pueden cruzarse con ellos en una playa o en una pista de skate. El deporte que miran y practican no está aislado sino que forma parte de una cultura.

El surf fue eso desde siempre. En cierto modo hasta busca una reivindicación.El hawaiano Duke Paoa Kahinu Mokoe Hulikohola Kahanamoku, conocido como Duke Kahanamoku, fue ganador de los 100 metros libres en natación en Estocolmo 1912 y Amberes 1920; además de sumar otras medallas en París 1924.

Todos esos logros fueron representando a Estados Unidos. Es considerado el padre del surf moderno y como campeón olímpico pudo viajar por el mundo para difundirlo. Esa historia la recogió Fernando Aguerre, el marplatense que preside la ISA desde 1994. Aguerre, creador de la marca de indumentaria Reef, buscó expandir el surf hasta el límite de sus posibilidades. Es decir, los Juegos Olímpicos Desde su elección en el cargo intentó acercarlo, sin éxito, al programa del COI para Sydney 2000.

Acostumbrado a pasar horas en el mar hasta que aparezca una buena ola, si hay algo que tuvo siempre Aguerre fue paciencia y tenacidad. Supo que el Principe Alberto de Mónaco hacía surf. Lo mismo que el hijo de la vicepresidenta del Comité Olímpico de Marruecos y Federico, Príncipe de Dinamarca y miembro del COI desde 2009. Esos votos podrían ser vitales para la decisión que se tomará en la Sesión previa a Río 2016.

“El COI, de no haberse quedado mirando la Luna, tendría hoy a los XGames como un subgrupo de los Juegos Olímpicos con su propio parque de deportes de acción…”, comentaba en una entrevista en Vorterix en diciembre de 2013. Finalmente su ola parece haber llegado.

El skate es uno de los deportes callejeros más populares. Las pistas se multiplican en los centros urbanos de todo el planeta. Donde no las hay, las escalinatas de un museo y la rampa de una universidad ofrecen posibilidades de saltos y deslizamientos. Tiene acción real y virtual. El videojuego Tony Hawk´s Pro Skater, lanzado en 1999 y focalizado en la principal estrella de este deporte, lleva vendido más de 54 millones de copias desde ese momento.

En los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing 2014, el skateboarding fue incluído como deporte demostración. El COI tomó esos juegos (Buenos Aires tendrá su versión en 2018) como una suerte de laboratorio para analizar su impacto. Acá se puede ver que tal resultó la experiencia.

La Federación Internacional de Escalada Deportiva estima que actualmente se registran alrededor de 50 millones de escaladores en todo el mundo. El 50 por ciento de ellos son menores de 25 años. Japón registra medio millón de escaladores y una buena cantidad de “rocódromos” por todo el país y con muy buenas figuraciones de sus competidores en mujeres y hombres. Estos datos fueron suficientes para elevar esa inquietud al Comité Olímpico Internacional.

A cinco años de Tokio 2020, a menos de un año de la toma de las decisiones en Río 2016, el COI sigue con su proceso de rejuvenecimiento y despliega el tablero de sus deportes. Estudia como deslizarse con una tabla en el mar, trepar paredes y rocas y hacer piruetas en el aire. Los señores de los anillos, finalmente, decidieron escuchar a sus nietos.