AP.- El Eurostep que llevó a Manu Ginóbili al Salón de la Fama tal vez debió llamarse el Manustep.
La maniobra — una finta en la que daba un paso en una dirección y de inmediato se cambiaba a la otra dirección para sacarse la marca del defensor y penetrar hacia el aro — fue el sello de presentación del argentino. La dominó de tal manera que fue calcada por muchos en la NBA.
Y puede decirse que esa jugada le abrió el paso al Salón de la Fama.
El cuatro veces campeón de la NBA con los Spurs de San Antonio y campeón olímpico es la figura sobresaliente en la ceremonia de exaltación este sábado en Springfield, Massachusetts.
Ginóbili disputó sus 16 temporadas en la NBA con San Antonio, haciendo sociedad con Tim Duncan y Tony Parker, uno de los mejores tridentes vistos en la liga.
“Es algo que nunca te ibas a imaginar”, dijo Ginóbili sobre su incorporación al Salón de la Fama. “Empiezas a jugar porque te gusta, es divertido, estás con tus amigos. Y ahora, cuando pensaba que no iba a recibir más sorpresas con el final de mi carrera, recibo un reconocimiento como este. Te hace evocar un poco el pasado, tu historia, y resulta ser increíble”.
Ginóbili no es el primer jugador internacional de la NBA exaltado en Springfield. Pero es el primero seleccionado por el comité de Norteamérica, o sea ha sido elevado esencialmente por los méritos de su trayectoria en la NBA, y no por lo hecho internacionalmente.
De inmediato advierte que no será el último nombre en esa lista. El francés Parker, el alemán Dirk Nowitzki y el español Pau Gasol van a tener su momento.
“Me siento orgulloso de ser parte de esa generación que cambió el juego, de cómo se percibía el juego, los jugadores internacionales recibiendo reconocimiento”, dijo Ginóbili. “Fue divertido ser parte de ello”.
Los Spurs tomaron a Ginóbili en el draft de 1999, cuando por entonces jugaba en Italia. Debieron esperar más de tres años para tenerle en la NBA. Tampoco fue que San Antonio hizo una inversión mayúscula. El argentino fue la penúltima selección de ese draft, el número 57 de 58 de jugadores. Y la mayoría de los jugadores que fueron tomados dentro de los últimos 15 de ese draft ni siquiera debutaron en la NBA.
Pero Ginóbili llegó en 2002, con su Eurostep.
“No tenía idea alguna qué era eso”, dijo el entrenador de los Spurs Gregg Popovich. “Pero era raro”.
Era una maniobra legal, y letal. Tanto que muchos jugadores de la liga la incluyeron en sus repertorios. Así ha sido durante dos décadas.
Nadie sabe con certeza cómo se originó. Ginóbili insiste que él no la inventó. La creencia generalizada es que el legendario lituano Sarunas Marciulionis — también miembro del Salón de la Fama, clase de 2014 — la trajo a la NBA.
Pero nadie discute que con Ginobili se hizo popular.
Curiosamente, le cuesta enseñar cómo ejecutarla, pese a infinitos pedidos todo este tiempo.
“No puedo explicarla bien”, indicó sobre la jugada. “Te puedo decir algunos elementos básicos, pero era súper natural, super instintiva”.
Lo que dicen sus compañeros
Más allá de esa jugada, Ginóbili entra al Salón de la Fama por todo lo que ganó.
Cuando Ginóbili jugaba, los Spurs ganaban. Así de simple. Tuvieron foja de 762-295 con Ginóbili en la cancha durante la temporada. El porcentaje de victorias de 72.1% supera incluso el de 71.9% de Duncan, quien fue exaltado en 2020 y se encargará de presentar a Ginóbili este fin de semana.
Ginóbili es uno de dos jugadores (Bill Bradley es el otro) que ganaron campeonatos en la NBA, la Euroliga y los Juegos Olímpicos. Consiguió cuatro anillos con los Spurs, una Euroliga con el Kinder Bologna de Italia en 2001 y fue el líder de la Argentina que conquistó el oro olímpico en Atenas 2004. Ginóbili anotó 29 puntos en la victoria ante Estados Unidos en las semifinales, eclipsando a todos ese día, incluyendo a Duncan. Estados Unidos ha ganado el oro en las siguientes justas olímpicas.
“No es una cuestión de logros individuales únicamente”, dijo Ginóbili. “Nunca gané el título de anotación, un MVP, ni siquiera quedé en el primer equipo. Estoy aquí gracias a los compañeros que tuve, los entrenadores que me dirigieron y los equipos en los que jugué. Sé que he tenido la suerte de jugar con semejantes compañeros, así que no lo tomo como un logro individual. Me tocó estar en el sitio ideal en el momento ideal”.
Esa fue la ciudad de San Antonio.
Ginóbili no tenía idea la ubicación de San Antonio cuando viajó por primera a la urbe en el sur de Texas. Nunca se ha marchado — sigue el hogar de la familia Ginóbili. Trabaja con los Spurs en el presente, traslada a sus hijos en auto a la escuela, los lleva a Argentina para pasar cada verano con la familia, y regresa a San Antonio.
“No sabía como iba a encajar con Tony y Tim, jugar con David Robinson, tener a Pop de entrenador, muchas incertidumbres”, contó Ginóbuli. “Quería hacer lo bien, ayudar, quería crecer, pero no era el número 1 del draft. ¿Me entiendes? Fui el 57, así que tenían buenas chances de permanecer ahí. Resultó ser una historia asombrosa y disfruté 16 años maravillosos”.
Manu Ginóbili tras decidir una victoria para los Spurs en 2017. (AP Foto/Eric Gay)
Hay otro lugar en el que Ginóbili nunca ha estado: Springfield, Massachusetts.
Acompañó a Duncan para su exaltación hace dos años pero debido a la pandemia de coronavirus, esa ceremonia se realizó en un casino de Uncasville, Connecticut. Ginóbili no pudo ir a Springfield en ese viaje.
Ya llegó. Para siempre.
“Sabíamos que teníamos a un joven loco, competitivo, enamorado del baloncesto, un dínamo físico y sencillamente valiente”, dijo Popovich. “No tenía miedo y hacía lo que fuera necesario para ganar. Fue una fuerza de la naturaleza”.