La realización en Lima de los juegos Panamericanos 2019, representa una gran oportunidad para mejorar su infraestructura, sobre todo la de transporte, que es la que permitirá la movilidad no solo de los atletas y sus equipos técnicos, sino también la de los espectadores. Para ello se necesitará invertir entre US$20.000 millones y US$30.000 millones, según estimó Juan Carlos Zevallos, ex presidente de Ositrán.
Esta cifra puede parecer un poco exagerada si se tiene en cuenta que la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN), ha estimado que el déficit de infraestructura nacional supera los US$80.000 millones, pero esta, según Zevallos, solo contempla la infraestructura básica que necesita el país en diversos sectores.
“Hasta ahora nadie se ha puesto a analizar cuánta inversión necesita Lima. Considerando los graves cuellos de botella que tienen nuestras calles fácilmente se puede llegar a la conclusión de que se necesita hasta más de US$20 mil millones”, afirmó el especialista.
¿QUÉ INFRAESTRUCTURA?
Lima ya tiene un tramo avanzado en el desarrollo de infraestructura vial, tanto en proyectos en ejecución, como por ejecutarse, lo que hacen montos de inversión comprometidos por casi US$15.000 millones, entre las que destacan las líneas 2 y 3 del Metro de Lima, Vía Parque Rímac, Vía Expresa Sur, entre otros.
“Esta fue una de las variables, junto al proyecto de reordenamiento del transporte urbano, que contempla la operatividad de los buses patrón, lo que pesó para que la ciudad sea elegida como la sede de estos juegos” explica Augusto Rey, representante de la Municipalidad.
¿Pero estas obras son suficientes para unos juegos que pueden atraer a más de 30 mil visitantes tal como sucedió con los Panamericanos en Guadalajara? Javier Correa, especialista en infraestructura de PriceWaterHouseCooper (PwC), afirma que también serán necesarias obras como la ampliación de la Avenida Faucett, puerta de ingreso a la ciudad.
Juan Carlos Zevallos agrega que no solo se debe de trabajar en esta arteria, sino también ponerle acelerador al mejoramiento y ampliación del tramo Javier Prado-La Marina y otras arterias como la avenida Aviación.
Pero la modernización no solo debe de pasar por mejorar las pistas, sino también en una optimización del trazado de la línea 2 del Metro de Lima, la cual en opinión de Gonzalo Prialé, presidente de AFIN, debería de volver a contemplar el paso por el Estadio Nacional. “Todas los estadios del mundo tienen una estación del metro cerca”, afirma.
VALORAR EL OCÉANO
Roberto Urrunaga, profesor de la Universidad del Pacífica, afirma que en el planeamiento de infraestructura para los Panamericanos se debe de contemplar el uso del mar, tal como lo hizo Barcelona con los juegos olímpicos de 1992, en el cual creó infraestructura cerca al mar que hoy sirve para el transporte diario.
“Acá se tiene proyectado hacer una villa deportiva en La Punta, entonces por qué no construir pequeños embarcaderos que en el futuro funcionen como expresos marítimos en el que se puedan transportar a las personas del Callao a Chorrillos, por ejemplo”, explica el especialista.
VIVIENDAS NUEVAS
El presidente del Comité Olímpica, José Quiñones ha anunciado que se construirá en La Punta una villa olímpica que servirá como un bloque de viviendas para los deportistas y sus equipos. Estas viviendas, según Javier Correa, de PwC, podrían convertirse en viviendas sociales, una vez que terminen los Panamericanos.
“En Londres con las olimpiadas se construyeron viviendas para los deportistas en las zonas menos favorecidas de la ciudad. Luego estas fueron vendidas a la gente con menor capacidad económica a un precio razonable”, cuenta Correa.
¿Ese modelo podría ser replicado en el Perú? Según Waldo Carreño, especialista en infraestructura, sí es posible, siempre y cuando el comité organizador así lo decida desde el principio. “Esto obedece a un enfoque, en cuyo diseño intervienen los inversionistas del proyecto, el Estado y la sociedad civil representado por los gremios empresariales y técnicos”, afirma.
También afirma que esta decisión debe de partir de un consenso, primero dentro de las instituciones del sector público, lo que equivale a decir gobierno central, gobiernos locales y regionales para que vean quién se encargará de conseguir el terreno y el uso que le quieren dar. Luego vendrá el componente privado, que es de donde viene la inversión.