Kazán, Rusia
AP
Lionel Messi y Cristiano Ronaldo son sin duda dos de los mejores futbolistas de la historia. La eliminación de Argentina y Portugal el sábado implica que muy difícilmente alguno de estos dos ídolos ganará alguna vez el Mundial.
Ambos tienen más de 30 años y parece inevitable que se unan a una lista de estupendos jugadores que no pudieron coronar sus carreras internacionales con el título más codiciado de todos.
A continuación, seis futbolistas enormes que jamás conquistaron el Mundial.
ALFREDO DI STÉFANO
Nacido en Argentina en 1926 y naturalizado español 30 años después, Di Stéfano es considerado por muchos entre los mejores jugadores de la historia. Jugó en las selecciones de esos dos países, algo que se permitía en aquella época, pero jamás disputó siquiera un partido de una Copa del Mundo.
En el momento de su retiro, era el máximo goleador en la historia del Real Madrid, equipo con el que conquistó la friolera de cinco Copas de Europa y ocho ligas de España. Su fichaje en 1952 se considera el punto de partida en la transformación del club Merengue en uno de los más exitosos de la historia.
La “Saeta Rubia” se negó a jugar con Argentina el Mundial de 1950, por una discrepancia con dirigentes de Brasil, el anfitrión de aquel certamen. Con España no logró avanzar a Suecia 1958, y una lesión le impidió incorporarse al plantel en Chile 1962.
FERENC PUSKAS
A comienzos de la década de 1950, Hungría era la mejor selección del mundo, y llegó al Mundial de 1954 en Suiza como amplia favorita. Después de todo, no había perdido en cuatro años y era encabezada por Puskas, el jugador más completo del orbe.
Puskas era creativo, estupendo en el control del balón y temible con el disparo. Apodado el “Mayor Galopante”, por el rango que tenía en el ejército, Puskas anotó uno de los dos goles que dieron a Hungría una ventaja temprana de 2-0 en la final. Pero Alemania Occidental remontó y se impuso por 3-2 a los magiares.
Al igual que Cristiano y Di Stéfano, Puskas se cansó de ganar títulos europeos con el Real Madrid. Pero no tuvo más oportunidades en el Mundial, luego de mudarse a España tras el aplastamiento de la Revolución Húngara en 1956.
EUSEBIO
Inglaterra ganó el Mundial de 1966 en su propia casa. Pero el astro de aquel certamen fue sin duda el delantero portugués Eusebio Da Silva Ferreira.
Originario de Mozambique, Eusebio fue quizás el primer gran futbolista africano. Tenía un potente disparo y anotó una cifra asombrosa de nueve goles en seis partidos de aquella Copa del Mundo, incluidos cuatro ante Corea del Norte, que sacaron de una situación comprometida a Portugal, entonces debutante en el torneo.
Y aunque convirtió un penal en la semifinal ante Inglaterra, Eusebio se marchó llorando de Wembley, tras la derrota por 2-1.
Portugal no volvió a un mundial con Eusebio, quien sin embargo dejó un recuerdo indeleble en el torneo.
GEORGE BEST
Por lo menos Eusebio pudo jugar en un Mundial. Al igual que Di Stéfano, George Best nunca tuvo esa oportunidad debido a que Irlanda del Norte no se clasificó al torneo durante su época.
Pero fue uno de los futbolistas más talentosos que se hayan visto. Un genio.
El mundo debía conformarse con ver a Best realizar sus trucos de magia con el Manchester United, en especial en 1968, cuando fue fundamental en el triunfo del United 4-1 sobre el Benfica de Eusebio en la final de la Copa de Europa. Después de finalizar el tiempo regular empatados 1-1, Best marcó el segundo gol de su equipo al desprenderse del arquero José Henrique y definir con calma ante el arco vacío.
Desafortunadamente, la época de gloria de Best no duró lo que ameritaba su talento. Tras una vida marcada por el alcoholismo, murió en 2005.
JOHAN CRUYFF
El cuadro holandés de 1974 y la Hungría de Puskas de 1954 son considerados por muchos como los mejores equipos que nunca ganaron el Mundial.
Repleto de jugadores del Feyenoord y el Ajax, que dominaron la Copa Europea de inicios de la década de 1970, el equipo presentó al mundo el “Fútbol Total”, una estrategia que prácticamente se desentendía de las posiciones ya que los jugadores eran intercambiables dentro del terreno en todo momento.
Y el corazón de todo eso era Johan Cruyff. Flexible y con un equlibrio perfecto, podía hacer con el balón lo que muchos solo se atrevían a soñar. El “Giro Cruyff”, por ejemplo, se vio por primera vez en el Mundial de 1974. Con el defensor sueco Jan Olsson a su espalda, Cruyff arrastró el balón con el pie derecho por detrás del izquierdo, giró abruptamente y se enfiló hacia el esférico. Olson quedó perplejo, al igual que el resto del mundo.
Cruyff anotó tres goles en el torneo, incluyendo una soberbia volea ante Brasil que confirmó el pase de Holanda a la final, en donde la “Naranja Mecánica” era amplia favorita ante el local Alemania Occidental. Sin embargo, los holandeses no pudieron ampliar una ventaja temprana y los alemanes remontaron para ganar 2-1.
Cruyff no fue a la Copa del Mundo cuatro años después en Argentina, tras retirarse del equipo poco antes del torneo. Posteriormente reveló que su ausencia se debió a que meses atrás había sufrido un intento de secuestro.
ZICO
Brasil es el máximo ganador con cinco Copas del Mundo. Pero entre esos títulos hubo una sequía de 24 años.
Sin lugar a duda, el mejor jugador de Brasil entre 1970 y 1994 fue Zico.
En 1982, Zico fue parte de un dinámico conjunto brasileño que se estableció como serio candidato a obtener su primer título en 12 años. Fueron muchos goles, y a menudo sensacionales.
Zico era el pistón del mediocampo, moviendo los hilos de Brasil con sus pases. Pero, al final, las deficiencias del equipo les resultaron caras e Italia, de la mano de Paolo Rossi, lo eliminó en un partido con tintes de clásico.
Desde entonces, ningún equipo brasileño ha jugado con tal mentalidad ofensiva. Y debatiblemente, Brasil no ha tenido un mediocampista como Zico a pesar de sumar títulos mundiales en 1994 y 2002.