Turín (Italia), 12 nov (EFE).- Rafael Nadal tiene otra oportunidad de alzarse con uno de los pocos trofeos que no posee en su vitrina, las Finales ATP, el último torneo de la temporada que reúne a las ocho mejores raquetas del circuito excepto al número uno, el lesionado Carlos Alcaraz, y en el que Novak Djokovic persigue su sexto entorchado, con el que igualaría a Roger Federer en lo más alto.
Los ocho mejores tenistas del año se dan cita por segundo año consecutivo en el Pala Alpitur de Turín (norte) a partir de este domingo y durante una semana, con la excepción de la sensación española, un Alcaraz que ya se perdió el Masters 1.000 de Roma en mayo, también por lesión, y que parece gafado a la hora de disputar competiciones en tierras transalpinas.
Será la decimoséptima vez que Nadal participe en esta competición, pero, como según él mismo reconoció ya en tierras turinesas, no siempre ha llegado en buenas condiciones a este tramo final de temporada tan exigente.
Esta vez puede ser diferente, pues el español, que ha evitado en la fase de grupos a los grandes ‘cocos’ -Tsitsipas, Djokovic y Medveded-, confía en sus posibilidades, aunque siempre consciente de la dificultad de este torneo que nunca ha conseguido levantar.
“Si no pensara que tengo opciones de luchar por lo que he venido, no estaría aquí”, confesó este viernes. “Estoy contento porque he podido entrenar y vengo con la ilusión de hacerlo bien. Estoy jugando bien. Es mejor llegar con confianza y victorias porque aquí no hay margen de error jugando contra los mejores”, explicó.
Además, encara el reto rodeado de todo su equipo profesional, liderado por su entrenador Carlos Moyá, y arropado por su familia, incluido su hijo, que nació en octubre. Estará también en Turín su tío Toni Nadal, aunque acompañando al canadiense Félix Auger-Aliassime.
No es el tipo de torneo cuyas condiciones beneficien al de Manacor, que sufre en pista cubierta, pero buscará añadir a su palmarés el único gran torneo que le falta y sumarse así al selecto grupo de tenistas que lo han logrado en la historia, en el que se encuentran los españoles Manolo Orantes y Álex Corretja.
Con el objetivo también de igualar los números de otro tenista llega Dkojovic, aunque con la diferencia de que el serbio ya tiene cinco ejemplares en su vitrina, y su meta es la de colocarse en lo más alto dejando atrás a tenistas tan míticos como el checo Ivan Lndel y el estadounidense Pete Sampras para colocarse junto al, por ahora, maestro de maestros, un Federer que ha levantado seis, el último en 2011.
‘Nole’ buscará recuperar la corona que perdió en 2015 tras cuatro años consecutivos portándola. Nadie ha logrado imponer su hegemonía desde que lo hiciera el de Belgrado. El alemán Alexander Zverev (2018, 2021), el ruso Daniil Medveded (2020), el griego Stefanos Tsitsipas (2019), el búlgaro Grigor Dimitrov (2017) y el escocés Andy Murray (2016), fueron los campeones desde que el serbio cediera su dominio en este torneo.
La complicación de Djokovic reside en los primeros cruces. Si bien es cierto que, al ser un torneo que aglutina a las mejores raquetas, no hay rival fácil, enfrentarse a tenistas de la talla de Tsitsipas y Medvedev en busca del pase a semifinales no es plato de buen gusto.
Ambos no solo conocen ya la experiencia de jugar este prestigioso campeonato, sino que saben lo que significa ganarlo.
El estadounidense Taylor Fritz, sustituto de Carlos Alcaraz; Auger-Aliassime y el noruego Casper Ruud, finalista de Roland Garros y del US Open, torneos en los que cayó derrotado ante Nadal y Alcaraz, respectivamente, completan el grupo verde en el que está encuadrado el actual número dos del ránkig, que en caso de ser finalista se colocaría como número uno.
Djokovic, Tsitsipas, Medvedev y el ruso Andrey Rublev pelearán por las dos primeras plazas en el grupo rojo.