PARÍS
AP
Rafael Nadal reescribió nuevamente la historia en la Cancha Philippe Chatrier.
El español alargó su récord a 11 títulos del Abierto de Francia al sobreponerse a un problema en su mano izquierda y desplegar su mejor nivel para vencer el domingo 6-4, 6-3, 6-2 a Dominic Thiem, la única persona en las últimas dos temporadas que ha derrotado al español sobre canchas de arcilla.
Abajo 2-1 en el tercer set, Nadal se detuvo durante su juego de saque debido a que no podía enderezar el dedo medio de la mano izquierda. En el siguiente intercambio recibió atención médica y un masaje en el antebrazo izquierdo.
“Fue un momento complicado en el tercer set cuando sufrí un pequeño calambre en la mano”, dijo Nadal. “Me asusté un poco”.
Pero el nivel de Nadal se mantuvo al máximo y poco después celebró su 17mo campeonato de Grand Slam, segundo de todos los tiempos solo detrás de los 20 de Roger Federer. Entre ambos se combinan para ganar los últimos seis majors.
El triunfo también le permitió al español de 32 años aferrarse al número uno del mundo, apenas por encima de Federer.
Nadal dijo que “ni siquiera es un sueño”, conseguir 11 títulos en París, al señalar que era “imposible pensar en algo como esto”.
El austriaco Thiem, de 24 años y número siete en la siembra, apareció por primera vez en la final de un Grand Slam. Y nada más que ante Nadal en el Abierto de Francia, en donde el español ahora tiene marca de 11-0 en finales y 86-2 en general. Sus únicas derrotas fueron ante Robin Soderling en la cuarta ronda en 2009 y ante Novak Djokovic en los cuartos de final de 2015.
“Lo que hiciste y lo que sigues haciendo”, le dijo Thiem a Nadal durante la ceremonia de premiación, “es una de las cosas más increíbles que haga un deportista de cualquier deporte”.
Si había alguna razón para sentir un poco de intriga el domingo era que Thiem era el único jugador en vencer a Nadal sobre arcilla roja en las últimas dos temporadas, al derrotarlo en Roma en mayo de 2017 y en Madrid el mes pasado.
“Estoy seguro de que ganarás este torneo dentro del próximo par de años”, le dijo Nadal a Thiem.
Nadal es tan dominante sobre arcilla, en general, y en este torneo, en particular, que Thiem intentó ser lo más agresivo posible, y aceptó el hecho de que habría riesgos y recompensas. Jugar pasivo posiblemente hubiera provocado una derrota, entonces ¿por qué no intentar algo espectacular?
Eso fue lo que Thiem intentó. Desplegó un potente servicio de hasta 135 millas por hora — unas 25 mph más veloz que el mejor de Nadal — y eso se tradujo en siete aces, pero también en cinco dobles faltas. Intentó drop shots; algunos funcionaron y otros no. E intentó las derechas más potentes, poniendo todo el peso de su cuerpo, como si el resultado del partido — y no solo de un punto — dependiera en la potencia de ese simple golpe. De ahí sus 34 tiros ganadores (ocho más que Nadal), pero también sus 42 errores no forzados.