La NBA divulgó el martes a sus equipos el borrador de protocolo sanitario para la próxima temporada, detallando cómo los jugadores que no se han vacunado tendrán que someterse a pruebas de diagnóstico con mayor frecuencia que sus colegas inoculados y lidiar con otras restricciones.
Entre las reglas que los no vacunados tendrán que cumplir: no podrán comer en la misma sala que un compañero o técnico vacunado, sus casilleros deberán ser asignados lo más alejado posible de los vacunados, estar siempre con mascarilla y alejado a casi dos metros (seis pies) de todos los presentes en una reunión colectiva.
Además, los jugadores no vacunados “tendrán que permanecer en sus residencias cuando estén en su ciudad”. También tendrán que quedarse en los hoteles del equipo cuando estén de gira. En ambos casos, se tendrán unas cuantas excepciones, como ir al supermercado, llevar a los niños a la escuela y otras actividades similares.
Los equipos recibieron un borrador de los protocolos, los cuales fueron obtenidos por The Associated Press.
Se advierte que los no vacunados no podrán visitar “sitios de elevado riesgo”, como restaurantes, bares, clubes, sitios de entretenimiento y espacios al aire libre de concurrencia masiva.
Los jugadores que han recibido las dos vacunas no tendrán que someterse a pruebas, con algunas excepciones. Ese grupo — en el que se encuentra el 90% de la NBA — podrá retomar las actividades habituales sin mayores cortapisas. Los no vacunados tendrán que someterse a pruebas rápidas en los días de entrenamientos, viajes y otras actividades del grupo, además de cumplir con pruebas de laboratorios en los días de partido.
“Que la vacuna sea obligatoria para los jugadores es algo que precisará de un acuerdo con el gremio de jugadores”, dijo el portavoz de la liga Mike Bass. “La NBA ha presentado esta propuesta, pero el gremio ha rechazado toda orden que obligue vacunarse”.
El gremio respondió destacando que los vacunados alcanzan el 90%, porcentaje que excede las cifras en Estados Unidos. “El tema no debe ser el que la vacuna no es obligatoria en la NBA. El tema para los que abogan por la vacunación es cómo emular a los jugadores de la NBA”, dijo la directora del gremio Michele Roberts.
Algunas estrellas de la liga, como Bradley Beal (Washington) y Andrew Wiggins (Golden State) no se han vacunado. Devin Booker (Phoenix) se perdió el inicio de los entrenamientos tras arrojar positivo, algo que reveló el fin de semana sin mencionar si está vacunado.
Otros, como Kyrie Irving (Brooklyn) — uno de los vicepresidentes del gremio — también se han negado a revelar su estatus de vacunado. La no comparecencia presencial en el día de prensa de los Nets el lunes dio a entender que el base no se ha vacunado.
Irving participó de las prácticas de los Nets el martes en San Diego, donde tendrán realizarán su pretemporada.
La situación de Wiggins e Irving es particularmente complicada debido a disposiciones locales en San Francisco y Nueva York que les obligan a estar vacunados o recibir una excepción. Wiggins intentó infructuosamente recibir una para poder disputar los partidos de local que conforman la mitad del calendario. Irving cobrará aproximadamente 35 millones de dólares esta campaña, mientras que Wiggins casi 32 millones.
“Todo jugador que decida no acatar las órdenes locales de vacunación obligatoria no podrá cobrar salario por los partidos que se pierda”, advirtió Bass el miércoles.
El astro de los Lakers LeBron James dijo que no quiere decirle a la gente lo que deben hacer en cuanto a las vacunas. Pero James, con más de 50 millones de seguidores en Twitter y casi 100 millones en Instagram — reveló el martes que se ha vacunado y que lo hizo por la salud de su familia.
“Creo que todos tienen que tomar su propia decisión y hacer lo que consideran lo correcto para ellos y su familia, y cosas así”, dijo James. “Yo era muy (escéptico) de todo eso. Pero tras investigar y cosas así, sentí que no solo era lo mejor para mí, sino para mi familia y mis amigos. Por eso decidí hacerlo (vacunarse)”.