RIO DE JANEIRO. Mariana Pajón llegó a la final pensando que iba a dar sólo una vuelta más y que su principal rival era ella misma. Además, decidió sentirse como en casa con las montañas de su natal Medellín a su alrededor.
Solo fue cuestión de que partiese de la rampa para saber que la risueña colombiana no solo mejoraría su desempeño, sino que ganaría con toda autoridad la final del ciclismo BMX en Río de Janeiro, su segunda medalla de oro consecutiva en esta modalidad en unos Juegos Olímpicos.
“Estaba compitiendo contra mí, contra lo que había hecho”, explicó Pajón después de colgarse un segundo oro, algo que ningún deportista de su nación había conseguido jamás. “Simplemente era salir con una sonrisa, estar muy tranquila y dar lo mejor de mí”.
La antioqueña, de apenas 24 años, cruzó la meta con un tiempo de 34,093 segundos y fue escoltada por la estadounidense Alise Post (34,435) y la venezolana Stefany Hernández (34,755), quienes se llevaron la plata y el bronce, respectivamente, en una tarde en que el sol iluminaba el graderío que el público colombiano se encargó de teñir de amarillo.
El tiempo “fue bueno”, dijo Pajón, quien no tuvo ningún contratiempo al recorrer los 400 metros de pista con baches, saltos y curvas, en medio del bullicio de sus seguidores, que la alentaron a todo pulmón, y de una férrea seguridad militar en las afueras del recinto. El área de competencia se construyó en una zona próxima a algunas favelas.
Pajón mejoró el crono con el que alcanzó su primer oro hace cuatro años en Londres (37,706 segundos), aunque la colombiana aclaró que eran pistas distintas.
La actual campeona mundial había tenido el tiempo más rápido en la etapa preliminar y ganó todas sus series semifinales.
A diferencia de hace cuatro años en Londres, la colombiana dijo que también le ayudó mucho sentir el calor de la gente.
“Al partir, veía todo de amarillo. Pues estamos en Latinoamérica, somos un equipo”, señaló, aludiendo a la venezolana Hernández.
Pajón esgrimió un argumento más para acrecentar su ya elevada figura en su país natal y presumir como la mujer que se apoderó de los dos primeros oros otorgados por este joven deporte olímpico.
“Fue muy bonita”, dijo Pajón, al referirse a su primera coronación. “Esta (en Río) fue demasiado increíble, emocional”.
Pajón destacó que el oro en Río también es producto de una preparación completa y del hecho de que llegó libre de lesiones.
Asegura que, en realidad, desde que dio su primera vuelta en el centro olímpico de BMX en la periferia de Río, sintió que las cosas se le iban a dar.
“La presentía. Veía el podio. Sabía que la rival a vencer era yo misma”, reiteró Pajón, quien también es una chica de cábalas, puesto que carga medias de diferentes colores y suele pintarse las uñas de dorado.
Y después de que cruzó la final, Pajón dio el grito esperado cerca de su novio, festejando que lo había logrado, y mandándole un mensaje a su país: “Para ti es esta historia”.
“Esta ha sido la carrera de mi vida por muchas razones”, manifestó. “Por mi país, por todos los que han venido hasta acá, por todo lo que representa”.
¿De qué estás hecha?, le preguntaron.
“De sueños, de decisión, trabajo duro, de felicidad y de sonrisa enorme”, respondió.
Poco después de la segunda consagración de Pajón, Colombia sumó otra medalla, el bronce que atrapó sorpresivamente Carlos Alberto Ramírez en la final de hombres.
Colombia suma tres medallas de oro en Río, contando el título de Caterine Ibargüen en el salto triple y el de Oscar Figueroa en el levantamiento de pesas. La mejor actuación del país era de un solo oro, en Londres 2012 y Sydney 2000.
Es decir, Colombia tiene más medallas en Río que en todas sus participaciones anteriores en Juegos Olímpicos. La delegación cafetera debutó en Los Ángeles 1932.