PARÍS.- El crimen organizado, los activistas y los ciberataques serán las principales amenazas durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2014, y los organizadores esperan una enorme presión para afrontar este reto sin precedentes.
La organización de los Juegos, que estuvo trabajando mano a mano con la Agencia Nacional Francesa de Seguridad de la Información (ANSSI, por su sigla en francés), y las empresas de ciberseguridad Cisco y Eviden, busca limitar el impacto de los ciberataques en la cita deportiva que tendrá lugar del 26 de julio al 11 de agosto.
“No podemos evitar todos los ataques, no habrá Juegos sin ataques, pero tenemos que limitar su impacto”, declaró a la prensa Vincent Strubel, director general de la ANSSI. “Hay 500 sitios, sedes de competición (…) y los hemos probado todos”. Strubel confía en estar preparados. “Los Juegos enfrentan un nivel de amenaza sin precedentes, pero también hemos realizado un trabajo de preparación sin precedentes, así que creo que vamos un paso por delante de los atacantes”, afirmó.
Para asegurarse de que están preparados, los organizadores estuvieron pagándole a “hackers éticos” para que pongan a prueba sus sistemas y estuvieron utilizando la inteligencia artificial para ayudarles a hacer un triaje de las amenazas. “La inteligencia artificial nos ayuda a distinguir entre una molestia y una catástrofe”, explica Franz Regul, Director General de Informática de París 2024.
“Esperamos que el número de eventos de ciberseguridad se multiplique por 10 en comparación con Tokio (en 2021)”. “En términos de ciberseguridad, cuatro años equivalen a un siglo”, explicó Eric Greffier, responsable de asociaciones de CISCO. En 2018, un virus informático apodado “Olympic Destroyer” fue utilizado en un ataque a la ceremonia de apertura de los Juegos de Invierno de Pyeongchang.
Las instalaciones están preparadas y las principales preocupaciones se centran en la seguridad, especialmente en la ceremonia de apertura en el río Sena, que supone un gran reto. La llama olímpica fue encendida el mes pasado en Olimpia y tendrá un periplo por Grecia antes de llegar al 8 de mayo a Marsella, donde hasta la inauguración olímpica del 26 de julio comenzará un viaje por toda Francia, que le llevará incluso a las Antillas o la Polinesia Francesa.
Una apertura que genera dudas
La ambición de tener una ceremonia de apertura histórica, por primera vez fuera de un estadio y en un lugar tan simbólico como el río Sena, se ha convertido en todo un quebradero de cabeza por el dispositivo de seguridad necesario.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, reafirmó la intención de mantener la idea inicial, aunque a la vez dio impulso a las especulaciones al apuntar que en caso de una amenaza importante existen unos “planes B y C”. Es la primera vez que se admite la hipótesis, hasta ahora excluida por las autoridades, de que es posible que el acto tenga lugar dentro del Estadio de Francia, en Saint-Denis (periferia norte de París).
El contexto internacional añade tensión a esta cuestión: el conflicto sigue entre Rusia y Ucrania, mientras que la situación en Oriente Medio se ha agravado con el reciente ataque de Irán en Israel.
En Francia, el Plan Vigipirate elevó recientemente el nivel a “Urgencia Atentado” después de un ataque en Moscú el 22 de marzo que ha reivindicado el Estado Islámico. “Claramente, el contexto es de tensión”, confirmó a la AFP una fuente de la seguridad, si bien la ministra de Deportes Amélie Oudéa-Castera explicó que hasta ahora no se había detectado ninguna amenaza específica hacia los Juegos.
Según dijo el martes a la emisora RFI el presidente del Comité de Organización, Tony Estanguet, la apertura en el Sena sigue siendo el “plan principal” y es “muy probable” que sea el escenario de la ceremonia.
El desafío de los transportes
A pesar de la movilización de las autoridades sobre ese asunto, ¿estarán los transportes preparados para absorber el flujo de espectadores de los Juegos Olímpicos en el verano parisino? El metro de la capital francesa no da signos sensibles de mejora y siguen en curso las negociaciones para las compensaciones a los trabajadores que serán movilizados por las sociedades públicas responsables, SNCF (estatal) y RATP (regional).
“Si va mal [durante los Juegos Olímpicos], se dañará la imagen de Francia”, advirtió Jean Castex, exprimer ministro francés y actual dirigente de la RATP. Alimentan los temores de las autoridades las amenazas de huelgas que han realizado algunos sindicatos. En lo referente a los aeropuertos parisinos, Roissy y Orly, que serán las dos principales puertas de entrada a Francia para las delegaciones extranjeras, sus responsables se preparan para acoger a más de 60.000 acreditados desde el 18 de julio, fecha de la apertura oficial de la Villa Olímpica.
La amenaza rusa sigue presente
Si bien la cuestión de la participación de deportistas rusos sigue sujeta a la coyuntura del momento, siguen por el momento autorizados a participar bajo bandera neutral y bajo estrictas condiciones.
No estarán presentes en la ceremonia de apertura. También los bielorrusos están vetados del desfile por el Sena. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, dijo en un reciente viaje a Kiev que los rusos “no son bienvenidos” a su ciudad. Según Macron, Rusia podría intentar perturbar el desarrollo de los Juegos Olímpicos en París, una acusación rechazada por Moscú. La ciberseguridad es otra de las mayores preocupaciones de las autoridades.