Cuba, vigente campeona panamericana, sudó de lo lindo para doblegar en cuatro sets (3-1) a la República Dominicana, que aún no conoce la victoria en los Juegos Panamericanos de Guadalajara.
Fue un mano a mano en toda regla entre dos de las selecciones más potentes en cuanto a físico, agresividad y energía, y prueba de ello es que apenas hubo puntos obtenidos sin esfuerzo, a excepción de los logrados en los compases finales de la última manga.
Los dos equipos jugaron con máxima intensidad, pero para las de Marcos Kwiek era especialmente importante el duelo de hoy tras caer derrotadas en la primera jornada frente a Brasil.
Así, salieron a la pista mordiendo y dispuestas a ganarse al público, como ya lo hicieron el sábado, con la entrega y constante lucha de jugadoras como la líbero Brenda Castillo.
Sus compañeras siguieron el ejemplo y disfrutaron de pequeñas rentas en el primer set, aunque rápidamente las cubanas reaccionaron y llevaron la manga hasta las tablas en los últimos compases, donde impusieron su mayor agresividad con un remate inapelable de Rosanna Giel y otro de Kenia Carcases.
República Dominicana comenzó la segunda manga en control de la situación, pero entre la colocación de Silié y los remates bloqueados por las torres Silva y Carcases, Cuba volvió a poner las tablas en un marcador que acabó inclinándose del lado de su rival (21-25) por los golpes de Dahiana Burgos y Bethania de la Cruz.
Con el partido igualado, los cambios de liderazgo se sucedieron hasta que las dominicanas no fueron capaces de mantener el alto nivel exhibido y, a través de pequeños fallos -alguno decisivo en la recepción del saque-, permitieron a su rival adelantarse (25-20) y comenzar el cuarto set con gran confianza (7-2, 13-5).
El equipo dominicana veía escapar el partido y en los últimos minutos tocaron fondo físicamente a pesar de los gritos de ánimo del público (“Sí se puede”). Se confirmaba su segunda derrota en dos partidos. El balance opuesto al de las cubanas.