(EFE).- Las ilusiones del combinado dominicano de baloncesto de estar en los cuartos de final de la Copa del Mundo chocaron de frente con una rocosa Serbia, que se impuso con claridad en el duelo decisivo entre ambos (79-112) y accede a los cuartos de final desde su grupo al igual que hiciera previamente Italia a costa de Puerto Rico.
La fe le duró a República Dominicana poco más de tres minutos, lo que tardó en acercarse a tres puntos con un triple de Karl-Anthony Towns después de un parcial de salida de 4-10 para los serbios. A partir de ahí no decayó la voluntad del equipo, aunque la realidad fue demasiado dura.
Vanja Marinkovic, Nikola Milutinov y sobre todo Bogdan Bogdanovic llevaron a cabo una labor de desgaste constante que comenzó desde el pitido inicial y se mantuvo en el tiempo, materializada en una racha de 2-16 hasta que los suyos se situaron 9-26. Por entonces el conjunto de Svetislav Pesic había anotado 7 de 8 intentos de dos y 4 de 7 triples.
La respuesta a ese mazazo fue poner actitud. Y eso le permitió a los dominicanos recuperar algo de confianza y anotar con mayor recurrencia. Tanta que tras acertar Karl Anthony-Towns con dos tiros libres en el amanecer del segundo cuarto la desventaja se vio reducida a doce puntos (17-29).
Fue un espejismo porque pronto volvió el cuadro balcánico a la carga a lomos de su defensa y de un inspirado Stefan Jovic, que anotó 9 de los 11 puntos que terminaron de romper el partido al pasar este del 20-33 al 23-44. Lejos de acomodarse sobre ese colchón, Serbia no dejó de estar alerta hasta irse por encima de los 20 de ventaja al descanso (35-56, min.20).
Las circunstancias hicieron del resto del choque casi un trámite. El orgullo y el talento de Towns y los triples de Jean Montero provocaron que en la primera mitad de tercer acto el rival no se despegara más aún, pero era cuestión de tiempo que eso sucediera. Un parcial de 2-16 convirtió en drama el desenlace del cuarto (53-87, min.30).
No cesó ahí el martirio. De hecho el conjunto europeo bordeó los cuarenta puntos a su favor, momento en el que Néstor García pidió un tiempo muerto para activar a los suyos en busca de una derrota lo más digna posible. La idea surtió efecto y los dominicanos ofrecieron una mejor imagen hasta la conclusión pese a la debacle, obteniendo incluso el “consuelo” de ganar el cuarto decisivo.