El multimedallista nadador español Enhamed Enhamed me cuenta, con grandes dosis de humor, que por estos días cuando conoce a otro atleta en la Villa Olímpica de Londres lo primero que le pregunta es “¿y a ti qué te falta?” para así conocer su discapacidad. ¿Le falta una pierna? ¿La movilidad? O la vista, como a él.
El comentario es humorístico porque proviene de un atleta discapacitado. Si no, seguramente, sería de mal gusto.
Los Juegos Paralímpicos permiten representar a un colectivo estigmatizado por su limitada condición física de una manera alternativa y positiva.
¿Cuál es la barrera entre lo políticamente correcto y el eufemismo, entre el heroísmo y la compasión?
En la BBC intentamos hablar de los atletas paralímpicos centrándonos en sus capacidades en lugar de sus discapacidades -en lo que tienen, más que en lo que les falta- y resaltando en primer lugar lo deportivo.
Pero no es fácil abordar los Juegos Paralímpicos únicamente desde lo deportivo, como si se pudiera separar de la historia del deportista los retos que ha vivido dada su condición física.
discapacitado, da.(Calco del ingl. disabled). Dicho de una persona: Que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas. Real Academia Española
Al destacar uno sobre el otro corremos el riesgo de caer en la cursilería o hasta en la hipocresía.
Evitamos caer en los lugares comunes de tratar a los deportistas como “héroes”, calificar cada uno de sus logros como “hazañas” o decir que sus historias son siempre “inspiradoras”.
¿Superhumanos?
Como dice el actor discapacitado Jamie Beddard, “la mayoría de epítetos tales como inspirador o valiente se utilizan como una forma de separarnos a nosotros [los discapacitados] de ellos [los no discapacitados]”.
Luego de que la BBC fuera la señal oficial de los Juegos Olímpicos en Reino Unido, el Canal 4, transmisor de los Juegos Paralímpicos, realizó una impactante campaña de publicidad. Uno de sus anuncios dice “Meet the superhumans”, (“Conozca a los superhumanos”).
El aviso es impresionante, emocionante, se ha hecho casi viral y ha recibido muchísimas críticas favorables.
Pero también ha disparado el debate sobre si es bueno elevar a las personas con discapacidad a un nivel sobrehumano.
Nadie duda que los atletas paralímpicos entrenan duramente, sin embargo algunos no los ven como deportistas competitivos y temibles sino con cierta compasión y por eso, paradójicamente, los tratan de “héroes”, de “valientes” o de “sobrehumanos”.
Poco interés
Por otra parte, ser extremadamente cuidadosos con las palabras le quita pasión y autenticidad a la cuestión.
Es innegable que todos los atletas tienen cualidades extraordinarias -por eso se clasificaron para los Juegos- y que traen a Londres historias de superación, de lucha contra el dolor, de sobrellevar con entrenamientos y ambición el hecho de que la naturaleza, un accidente o una enfermedad los arrojen a la vereda de enfrente de lo “normal”.
Muchos dejaron de segurnos en Twitter.
Y son sus historias, más que su rendimiento deportivo, lo que suele interesar más a la audiencia. En la cobertura especial de BBC Mundo a los Juegos Paralímpicos hemos ofrecido una gran variedad de temas e historias, pero parece evidente que el interés de nuestros lectores ha caído estrepitosamente en comparación con la atención que atrajeron los Olímpicos.
De hecho, en nuestra cuenta de Twitter @BBCLondres2012, que venimos utilizando desde los Juegos Oímpicos, ha ocurrido un fenómeno simbólico: cientos de personas han dejado de seguirnos, se han borrado.
El mensaje es claro: no quieren saber nada sobre los Juegos Paralímpicos.
Palabras
La discapacidad es parte de la vida diaria, aunque muchas veces silenciada. Por ejemplo, en Reino Unido una de cada cuatro personas tiene alguna discapacidad, cuida a un discapacitado o tiene un familiar discapacitado.
Los Juegos Paralímpicos permiten presentar a las personas que viven con algún tipo de discapacidad de una manera positiva, pues normalmente son presentadas en su dimensión más trágica.
Pero volviendo a la cuestión semántica, ¿cómo llamar a las cosas por su nombre, sin caer en el golpe bajo ni en el eufemismo?
Juan Valladares prefiere “personas con capacidades diferentes” más que discapacitados.
Sin ir más lejos, ¿cómo llamar a los discapacitados? A mí personalmente me da vergüenza dirigirme a los atletas paralímpicos diciéndoles que son discapacitados, pues la palabra tiene connotaciones negativas y ellos son deportistas de élite que se destacan por su capacidad.
Pero no hay ninguna palabra que no implique la falta de algo: discapacitado, impedido, minusválido. Todas tienen un prefijo que denota una carencia y seguramente molesta al aludido.
El atleta en silla de ruedas venezolano Juan Valladares prefiere hablar de personas con capacidades diferentes, y no de discapacitados. “Yo no puedo caminar, pero me gustaría ver si los que caminan pueden correr en silla de ruedas tan rápido como yo”, ejemplifica.
Para estos Juegos, la Asociación Paralímpica Británica difundió un instructivo para los periodistas recomendando qué palabras usar y cuáles evitar.
En lugar de “los discapacitados” como colectivo, por ejemplo, propone hablar de “las personas con discapacidades”.
A la hora de describir una discapacidad, recomienda evitar totalmente expresiones como que un atleta “sufre de”, “es víctima de” o “padece” algo ya que denotan debilidad y tragedia. También pide no hablar de “normal” o “anormal”, ya que son categorías sumamente subjetivas y más aún en los deportes de élite.
¿Acaso Usain Bolt es “normal”?