TORONTO. La prestigiosa revista The Economist seleccionó recientemente a Toronto como la mejor ciudad en el mundo para vivir y uno puede darse cuenta de eso tan pronto pasa unos días en esta urbe de la provincia de Ontario.
Es muy difícil de encontrar en otro lugar la combinación de bellezas naturales, infraestructura, seguridad, diversidad, limpieza, universidades, bibliotecas y museos que tiene Toronto. Ese será el punto de confluencia de miles de atletas y visitantes en la XVII edición de los Juegos Panamericanos a realizarse entre el 10 al 26 de julio del 2015.
Estos quedarán inaugurados justamente a 100 días a partir del miércoles, con la participación de 6,600 atletas de 43 países. Será la tercera vez que Canadá organiza una justa hemisférica, pero la primera que Toronto los alberga, luego de que Winnipeg lo hiciera en 1967 y 1999.
Ciudad de inmigrantes
El sitio con mayor población en Canadá está lleno de inmigrantes. En las calles lo más difícil es encontrar personas que hayan nacido en la ciudad. La gran mayoría de sus habitantes vienen de otros países, pero a todos los une la idea de buscar un mejor futuro para sus hijos. Al ser inmigración reciente, uno observa como muchas de esas familias mantienen sus costumbres en restaurantes y tiendas, lo que convierte a muchas zonas en una especie de EPCOT Center canadiense.
Encontrar auténtica comida italiana, coreana, japonesa, venezolana, dominicana, boricua o de cualquier parte del mundo no solo es posible sino que además serán atendidos por personas que seguramente no hablan muy bien inglés y le dan la bienvenida a otros que como ellos no dominan el idioma. En algunos casos, como en uno de mi restaurantes favoritos, hay que aprender algo de portugués para poder ordenar.
La Toronto deportiva
Toronto es la única ciudad de Canadá que ha podido retener sus franquicias de NBA (Raptors) y MLB (Azulejos). También es la sede de los Maple Leafs (NHL), Toronto FC (MLS) y la Rogers Cup (ATP/WTA), lo cual ofrece centros deportivos de lujo ya disponible que serán utilizados en los Juegos en distintas capacidades.
En el caso del beisbol y softball, la sede no será el Rogers Centre al coincidir con la temporada de los Azulejos, por lo que se reacondicionó un complejo deportivo en Ajax, uno de los tantos municipios que ayudarán al aportar instalaciones. Adicionalmente, tanto la ciudad de Toronto, los distintos municipios y la Provincia de Ontario han invertido más de 2,500 millones de dólares en infraestructura, transporte y seguridad. A pocas semanas del evento podríamos asegurar que ya todo está listo en ese sentido, a diferencia de los Mundiales de Fútbol recientes en donde había que esperar casi hasta el último día para que se completaran las obras.
Una de las mayores inversiones se ha realizado en el transporte. Se creó un tren desde el aeropuerto al centro, se mejoró la estación principal de trenes, se están maquillando autopistas y calles principales y se incorporarán nuevos lotes de “Street Cars” (tranvías), uno de los signos distintivos de la ciudad. Todo ello ha creado un tráfico infernal en los últimos meses para los que viven o tienen que manejar en Toronto.
Una villa única
La villa panamericana está ubicada en una zona privilegiada cercana al Río Don y debe ser una de las mejores en la historia de los juegos. Son edificios de lujo rodeados de una serie de servicios y facilidades específicamente diseñadas para atender las necesidades inmediatas y extraordinarias de todos los atletas y comitivas. Una vez terminados los juegos, la villa panamericana se convertirá en apartamentos para personas más necesitadas.
Si hay que hacerle una crítica a la organización de los Juegos Panamericanos es la falta de presencia visible de latinoamericanos a niveles gerenciales altos o, incluso, a todo nivel. Es cierto que no muchos latinoamericanos viven en Toronto y municipios cercanos pero si hay un número suficientemente significativo como para encontrar talento clave que ha podido servir de puente entre las delegaciones y la ciudad.
En las conversaciones que ha tenido el Comité Organizador con los voluntarios se nota un cierto desespero en conseguir personas que hablen español. Esto es algo que pudiera complicarse cuando los 10 mil atletas y cientos de miles de visitantes lleguen a principios de julio y el Comité Organizador se de cuenta que en su mayoría no hablan inglés. Ya pareciera tarde para resolver ese problema.