INSIDE THE GAMES.- Desde el colapso de la pista del Grand Slam hasta la falta de reconocimiento de las estrellas en su propio país, el director de World Athletics lanzó una advertencia: el deporte necesita reinventarse en el país antes de LA28. Sus recientes palabras no eludieron otros temas candentes como las pruebas biológicas.
La élite mundial del atletismo desfila con gran entusiasmo por las calles de Zúrich durante la última etapa de la Liga Diamante , o el año pasado, en el magnífico escenario de los Juegos de París. Sin embargo, en las avenidas del gigante estadounidense, caminan con más discreción, al menos según Sebastian Coe. Noah Lyles, recién coronado campeón olímpico de los 100 metros, puede ser celebrado en Europa, pero sigue siendo relativamente desconocido en su patria. Para el veterano funcionario británico, quien ha presidido World Athletics desde 2015, esta desconexión entre el rendimiento de élite y el reconocimiento nacional se encuentra entre los mayores desafíos que enfrenta el atletismo estadounidense de cara a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
En una entrevista de mesa redonda celebrada en Zúrich con un selecto grupo de siete medios internacionales, el británico reflexionó sobre la situación actual del deporte insignia de los Juegos Olímpicos, haciendo especial hincapié en el contexto estadounidense . «Es crucial que exista una hoja de ruta estructurada hacia los Juegos Olímpicos que muestre lo mejor del talento local, idealmente, en su propio territorio», enfatizó el excampeón de medio fondo.
Sin embargo, esta preocupación no es nueva. En 2022, World Athletics trasladó el Campeonato Mundial a Eugene, Oregón, como parte de una estrategia más amplia para fomentar el interés nacional. Antes de eso, ciudades como Eugene y Portland también albergaron los campeonatos mundiales júnior y de pista cubierta en 2014 y 2016, respectivamente. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el éxito aún no ha alcanzado su máximo potencial en términos de participación del público ni visibilidad mediática, según datos y cifras del organismo rector mundial.
Esto, a pesar del dominio histórico de Estados Unidos en el atletismo olímpico , con 767 medallas, 321 de ellas de oro. El atletismo, señala Coe con cierta frustración, sigue siendo un deporte de segunda categoría para el público estadounidense. “El equipo de atletismo estadounidense es legendario. No pueden dar un paso en Zúrich sin ser acosados a las afueras de sus hoteles”, bromeó. “Pero en casa, caminan por las calles prácticamente sin ser vistos, y esa siempre ha sido la desconexión”.
La brecha se hizo aún más evidente con la reciente caída de la Grand Slam Track Series , una iniciativa destacada liderada por el ícono del sprint y cuatro veces medallista de oro olímpico Michael Johnson. El proyecto, una liga exclusivamente de pista que excluía las pruebas de campo, tenía planes ambiciosos con eventos programados en lugares destacados como Kingston, Miami, Filadelfia y Los Ángeles. ¿El objetivo? Organizar emocionantes enfrentamientos directos televisados entre los mejores del mundo.
Sin embargo, la serie se desmoronó antes de llegar a su final. Johnson se vio obligado a cancelar la final de Los Ángeles, alegando la necesidad de “evitar más pérdidas e iniciar el largo proceso de estabilización de la empresa para que vuelva a encarrilarse”. La decepción organizativa se vio agravada por la controversia financiera: muchos atletas, según AFP , aún esperan el pago de las cuotas de participación y el premio en metálico.
A pesar de la participación de estrellas como la campeona olímpica de 200 metros, Gabby Thomas, y la doble medallista de oro olímpica y plusmarquista mundial de 400 metros vallas, Sydney McLaughlin-Levrone, la serie no logró atraer a figuras de la talla de Lyles o el campeón de 100 metros, Julien Alfred. El entusiasmo de los atletas no se tradujo en público. Las gradas semivacías en Kingston y la reducción de la edición de Filadelfia de tres días a dos fueron indicios de un interés menguante.
“Este no es un desafío nuevo. El sistema universitario está prosperando, pero no está exento de problemas. Sigue siendo un enigma”, admitió Coe, destacando la dificultad más amplia de penetrar en un mercado deportivo estadounidense dominado por el fútbol americano, el baloncesto y el béisbol.
En medio de estos desafíos de visibilidad, el director londinense también abordó con claridad un tema delicado: la implementación de pruebas biológicas para verificar la elegibilidad de los atletas en la categoría femenina . “Estas no son pruebas de género”, declaró. “Verificamos la biología femenina. Queremos preservar la categoría femenina; es sagrada”. Coe reveló que más del 90 % de los atletas que se espera que compitan en el próximo Campeonato Mundial de Tokio 2025 ya se han sometido voluntariamente a la prueba del gen SRY, un marcador reconocido del sexo biológico masculino.
Su comentario se suma a la controversia mundial sobre la equidad en la competición y la inclusión de atletas transgénero e intersexuales . Sin entrar en polémica, Coe defendió la postura de World Athletics como una “medida de verificación técnica” y reiteró su convicción de que el atletismo “sigue siendo el deporte con mayor equilibrio de género del planeta”.
De cara al Campeonato Mundial de Atletismo en Tokio este septiembre , expresó optimismo sobre la acogida y la magnitud del evento. “Hemos vendido alrededor de 50.000 entradas para la mayoría de las sesiones nocturnas; algunas noches incluso están agotadas. Estoy contento, porque el deporte sin espectadores no es lo mismo, y esto es algo que quiero que World Athletics demuestre”.
Un total de 900 medios de comunicación están acreditados para el campeonato, junto con 75 emisoras de 64 países y 1200 profesionales de la producción audiovisual. «Estamos en un momento en el atletismo donde contamos con estrellas de todas las edades y un enorme potencial. Este campeonato es la cumbre de la temporada y estamos muy ilusionados», declaró a la agencia de noticias española EFE.
Coe también rindió homenaje a una de las figuras más queridas del deporte: la leyenda venezolana del triple salto, Yulimar Rojas , dos veces medallista olímpica y cuatro veces campeona mundial, actualmente de baja por una grave lesión en el tendón de Aquiles sufrida el 16 de septiembre de 2023. “Para el atletismo femenino, es crucial tener referentes como ella. Espero verla en Tokio, totalmente recuperada y compitiendo en su mejor nivel”, declaró Coe. La ausencia de Rojas en los últimos dos años ha dejado un notable vacío en la disciplina que ha dominado. Su posible regreso a Tokio, uno de los momentos más esperados de la temporada, representaría no solo una redención personal, sino también un reencuentro entre los aficionados y una campeona que ha redefinido su disciplina.
Mientras el mundo vuelve la mirada hacia LA28 , Coe insiste en que es el momento de consolidar la estrategia, fortalecer la conexión entre los atletas y el público, y mantener la transparencia en temas delicados como los criterios biológicos y la equidad. La hoja de ruta está trazada. Ahora le toca al atletismo, dentro y fuera de la pista, demostrar que sigue siendo el corazón de los Juegos Olímpicos y una de las expresiones más universales y exigentes del rendimiento humano.
