AFP. El mundo del deporte vivió en 2024 unos Juegos Olímpicos de postal en París, pero el año también estuvo marcado por las quejas cada vez más habituales de los deportistas por la sobrecarga del calendario, con cada vez más eventos para mantener en marcha la máquina del ‘Sport Business’.
La Torre Eiffel, el Campo de Marte, el Grand Palais, Versalles e incluso la paradisíaca Teahupo’o fueron los espectaculares escenarios de las hazañas de los deportistas que compitieron en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
Gestas como el salto al cielo del garrochista Armand Duplantis, el regreso de la reina de la gimnasia Simone Biles, la coronación de Leon Marchand como nuevo rey de la natación, el oro de Djokovic en el único gran título que le faltaba al serbio, el histórico doblete del ciclista belga Remco Evenepoel, la consagración del luchador Mijaín López como único deportista ganador de cinco oros consecutivos en una misma prueba o la carrera a la gloria de Marileidy Paulino en los 400 metros.
Momentos memorables
Más allá de los resultados deportivos, quedaron otras imágenes para el recuerdo como la espectacular ceremonia de inauguración en el Sena y el relevo a Los Ángeles de la mano de Tom Cruise, los últimos raquetazos de Nadal en su pista talismán de Roland Garros, el gesto de humildad de Biles en el podio al postrarse ante Rebeca Andrade, campeona olímpica de suelo, la selfi de los jugadores de tenis de mesa de las dos Coreas, la levitación de Gabriel Medina tras domar una ola perfecta, o la postura de ‘serial killer’ de la tiradora Kim Ye-ji, en contraste con la relajación del turco Yusuf Dikec.
Sin olvidar momentos tristes como las lágrimas de Carolina Marín, cuya rodilla dijo basta a poco de clasificarse para la final de bádminton, o la polémica por la participación de las boxeadoras Imane Khelif y Lin Yu-Ting, víctimas de ataques referidos a su género.
En resumen, una quincena de ensueño que prosiguió poco después con los Paralímpicos en perfecta simbiosis, como demostraron los estadounidenses Tara Davis-Woodwall y su marido Hunter. Ella fue campeona del salto largo y, semanas después, él, amputado de ambas piernas, conquistó los títulos de 200 y 400m.
El nadador brasileño Gabrielzinho, el estadounidense Matt Sutzman, llamado ‘el arquero sin brazos’, y la polifacética Oksana Masters, capaz de ganar medallas en diferentes disciplinas, tanto en Juegos de verano como de invierno, también entraron en el Olimpo gracias a su ejemplo de superación.
Disputas por el calendario
Más allá de los Juegos, el gran debate de 2024 fue la sobrecarga de los calendarios deportivos en la mayoría de deportes, con nuevas competiciones o ampliaciones de las ya existentes: más carreras en los mundiales de Fórmula 1 y MotoGP, torneos de tenis de diciembre a noviembre, carreras ciclistas en todos los continentes, nuevos circuitos en atletismo o golf para competir con los tradicionales, etc.
Sin duda, el deporte que más ha dado de qué hablar es el fútbol, que es el que más dinero mueve y el que más pasiones levanta en todo el mundo. La sobrecarga es más evidente en el fútbol europeo. A la Liga de Naciones que la UEFA creó en 2018, al Mundial de 48 equipos a partir de 2026 y a los grandes campeonatos con 20 equipos (como Inglaterra, España o Italia), se unió en 2024 la reforma de la Liga de Campeones, el principal torneo de clubes y el más lucrativo, con más equipos (se ha pasado de 32 a 36) y, por lo tanto, más partidos (144 en lugar de 96).
Y por si no fuese suficiente, la FIFA confirmó fechas y sedes para el nuevo Mundial de Clubes, que se disputará en Estados Unidos en junio y julio en 2025, con 32 equipos de todas las confederaciones y un total de 63 partido más.
Futbolistas de renombre también han expresado su frustración por un calendario cada vez más largo que les deja menos oportunidades para descansar y recuperarse, y el Balón de Oro Rodri declaró en septiembre que los jugadores están cerca de la huelga si todo sigue igual.
Las quejas no sólo proceden de las estrellas del balón: “Es una locura total”, calificó la temporada tenística en noviembre el alemán Alexander Zverev. “No he podido pasar más de tres días seguidos en casa este año”, añadió.
Los intereses de la industria del deporte chocan con los de los principales protagonistas, los deportistas, y la situación podría acabar explotando si nadie pone remedio.