Novak Djokovic se enfrenta a la exclusión del Abierto de Francia en otro golpe para la estrella del tenis no vacunada, que fue deportada de Australia ayer.
El presidente serbio, Aleksandar Vučić, criticó a los funcionarios australianos por lo que él dice es maltrato a Djokovic y acusó al primer ministro del país, Scott Morrison, de jugar a la política, pero Francia está lista para seguir el ejemplo de Australia y ordenar que todos los participantes en el segundo Grand Slam del año sean inoculados contra el COVID-19.
Una nueva ley coronavrius que exige que todas las personas que ingresan a lugares públicos, como estadios deportivos, se vacunen se aplicará a “todos los espectadores, practicantes, profesionales franceses o extranjeros”, según la ministra de Deportes, Roxana Maracineanu.
Esto dejaría a Djokovic incapaz de defender su corona del Abierto de Francia en Roland Garros en mayo, en caso de que no se vacune antes o se le conceda una exención del fallo.
Djokovic no vacunado se vio obligado a abandonar Australia ayer y se enfrenta a una prohibición de tres años del país después de que un tribunal federal confirmara la cancelación de su visa.
El fallo puso fin a una saga de 11 días que dominó la preparación para el Abierto de Australia de este año y provocó una disputa diplomática.
Djokovic ganó una apelación contra su deportación la semana pasada solo para que el ministro de Inmigración de Australia, Alex Hawke, cancelara nuevamente la visa del serbio, citando “motivos de salud y buen orden”.
Después de pasar otra noche en un hotel de detención de inmigrantes, Djokovic perdió su batalla judicial cuando tres jueces confirmaron la cancelación de la visa, una decisión que indignó a Vučić.
“Usted vio en el procedimiento judicial sin sentido cuánto mintió la fiscalía”, dijo Vučić.
