El 22 de agosto de 1974 ocurrió la trágica muerte del joven jardinero dominicano Alfredo Edmead, quien fue victima de un accidente accionando para el equipo Salem, sucursal clase A de los Piratas de Pittsburgh, en la Liga de Carolina del Norte
Edmead se convirtió en apenas el tercer pelotero en morir en un terreno de juego en la historia moderna del beisbol de los Estados Unidos.
Este funesto acontecimiento aconteció en Salen, Virginia, EE.UU, cuando el bateador Murray Gagecole del equipo Rocky Mount, conectó un elevadito a la derecha detrás del cuadro interior en el sexto episodio del partido.
Entonces su compatriota, el veterano segunda base Pablo Neftali Cruz de los Piratas de Salem, comenzó a retroceder para fildear la pelota, logrando hacerlo justo al momento cuando Edmead, desde el jardín derecho venia a toda carrera y se lanzo de cabeza tratando atrapar el batazo.
El triste resultado fue que en la colisión la rodilla de Cruz golpeó de lleno la cabeza de Edmead y éste se desplomó inconsciente victima de un severo trauma craneoencefálico.
El joven jardinero derecho de apenas 22 años de edad a pesar de ser trasladado al hospital de Salem a toda prisa, falleció en la ambulancia como resultado de una fractura craneana masiva.
Alfredito Edmead comenzó a mostrar sus habilidades patrullando el jardín derecho del equipo amateur AA de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y en la selección de dominicana que participó en los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1974 celebrados en Santo Domingo. En la justa Alfredito bateó .304 (46-14), siendo firmado por Howie Hack para los Piratas de Pittsburgh junto con Alberto Lois y Alejandrito Taveras. Por uno de esos extraños giros del destino, encontramos que Edmead fue recomendado precisamente por Neftali Cruz.
Los Piratas de Pittsburgh consideraban a Edmead como uno de sus mejores prospectos, lo habían firmado con el bono más alto de dinero jamás otorgado por la organización a un pelotero dominicano. Al momento de muerte exhibía números excelentes. Después de 119 partidos tenía un promedio al bate de .319, con 7 jonrones, 59 carreras impulsadas y 59 bases robadas.
Meses después de la tragedia la organización de los Piratas de Pittsburgh reclamo el seguro de vida que protegía al pelotero dominicano, pero los familiares de este nunca aceptaron el dinero.
La muerte del dominicano fue la primera en el béisbol profesional desde que el torpedero Ray Chapman de los Indios de Cleveland, recibió un pelotazo en la cabeza del serpentinero de bola submarina Carl Mays de los Yanquis de Nueva York, falleciendo al día siguiente en el hospital.
Esto sucedió el 16 de agosto de 1920 y constituyó el segundo caso de muerte en toda la historia de las Grandes Ligas, pero el primero debido a un pelotazo.
Michael “Doc” Powers, el primer receptor en los anales de las Ligas Mayores en recibir los bultos postales para cuatro novenas diferentes, fue el primero en morir victima de un accidente dentro de un campo de pelota en las Ligas Mayores, en el béisbol moderno que comenzó en 1900.
En abril 12 de 1909, Powers chocó contra un muro tratando de capturar un elevado de foul, en el primer partido jamás celebrado en el Shibe Park de Filadelfia, sufriendo lesiones internas que provocaron su deceso dos semanas después.
Mientras que la llamada era de la pelota muerta, la época de los bigotes y las barbas, el 18 de octubre de 1862, murió Jim Creighton del Excelsior Baseball Club, quien después de conectar un bambinazo, al llegar al plato se desplomó al rompérsele un órgano interior.
Este es el primero de cuatro trabajos relacionados con este tema, a propósito de cumplirse el 35 aniversario de la muerte del joven talentoso jugador dominicano.